Suicidio y resurrección.

Algo queda de mí
en los cristales empañados
por mi desasosiego
en la ventana de la mirada suicida
del que recoge la renuncia del piso
la envuelve
y arroja al primer contenedor de basura
de esa calle
precisamente de esa
donde debió
liberar su cráneo
de la presión del fracaso

Ahora
yo soy ese
que resucita
y asciende
como un ángel.
 

Estoy hasta el polvo.

Estoy hasta el polvo
con mis huesos urgentes
sobre la sed del camino


Es la agonía 
del que anda
buscando un pueblo fantasma
en la soledad
de los inmortales
con la sola compañía
de cuervos
proyectados en un cielo rubio
sus graznidos
y unos pasos como de otro.

       

Abrazadas a teléfonos.

Existen personas
abrazadas a teléfonos
abrazando una voz
buscando un aliento
que desmienta la distancia
tiemblan
sudan
y levitan
por una repentina
absolución.

    

Tristeza dulce.

Ella me dice
que solo escribo cosas tristes
y en parte es verdad
pero en todo lo que he vivido
hay un rastro dulce
como el de ese trozo
que hemos robado
de la tarta
a la que nadie nos invitó.
            
 

Empedernida lluvia.

La empedernida lluvia
que no llueve
y es sed
en la arcaica mirada
de los lagartos

Ausencia
que se repite
y deja una sorprendente humedad
en las alcantarillas de la memoria


Lluvia música
caricia evaporada
que hace florecer
la necesidad de un árbol


Es mi lluvia.
 

No se alarmen.

No se alarmen
si han visto
a una mujer desnuda
en el balcón de mis poemas
es
mi amiguita invisible de la infancia

Ahora
ustedes la ven
y yo no.
      

Deberíamos.

Deberíamos ser como los niños
que destripan a los muñecos
para descifrar su magia


Deberíamos ser
como los pájaros
que anidan
en los espantapájaros

Simplemente, Ser.
 

A las que buscan a cierto poeta.

Ella
solo se llama
ella
y me buscó toda la vida
pero murió antes de yo nacer

Ella
solo se llama
ella
y me buscará toda su vida
pero yo habré muerto antes de ella nacer


Como compensación
les dedico este poema.
    

Bailar en el límite.

Ya no baila baba
en el límite
de los caracoles
una huella febril
de alegría dislocada
es apenas
una insinuación
de máscara
para aplazar el terror
que merodea al verano

Ya no baila
y debería hacerlo
con la profesionalidad
de la orquesta del Titanic.

 

Era azul, pero...

El cielo era azul
pero con arrepentimiento
como desgajándose
con pretendida turbidez
sobre un mar
donde los peces
apetecían
en secreto
devorar pájaros.
    

Cazador de sombras.

Tengo el arco
y en el carcaj
saetas de luz


Tengo
una saeta en mi arco

Voy
a iluminarte.

El gran misterio.

El único misterio
que tenemos revelado
justo al nacer
es la Muerte
y a partir de ahí
crece
y crece
el gran enigma:
la Vida.

          

Oscuros que se suceden.

Hay oscuros
que se suceden
sombra a sombra
hasta
dar cobijo
a todo lo errante
como un escarabajo embrujado
en el territorio del grito.

    
 

Voy aconteciendo.

Voy aconteciendo
y me disuelvo
con un leve chirrido de relojes
como puertecitas de fuga

Sucedido
y sucediendo
ante el parpadeo
de dioses asombrados
que brotan
de los episodios latentes
en un carnaval de actos


Rehúyo los espejos
cauto
prefiero reconocerme
en la mirada cómplice
de quién
suaviza mi imagen
con pincel
de pestaña enamorada.