Persecución de la inocencia.

Hay muchos Herodes
empeñados
en matar la inocencia
pues saben
que en cada niño
duerme un dios
capaz
de recrear el mundo.
   

 

¡Felices Fiestas!

Bebe

vértigo feliz
 
bebe
 
en una copa de letras
 
hasta que todo 

te de vueltas
 
alrededor de un poema
 
¡Felices Fiestas!

Camino roto.

Si salí a buscarte
puede que lo hiciera
por el camino
donde la huella
se torna hoja
y se deja llevar
y confunde los rumbos
puede que haya sido solo eso
y al volver me he perdido
y tú
esperándome en casa.

    

Buscador de treguas.

Soy
un buscador de treguas
en la guerra infinita
busco
un  instante
y leo
un poema
solo un poema
a los beligerantes
 para que saboreen
la hondura
y la expansión
de una metáfora
y llevarles así
a un costado de la rabia.

 

Nunca estoy solo.

Jamás estoy solo
porque tengo las palabras
para organizar la fiesta
y ella
la soledad
es solo una invitada
con el disfraz de reina.

      

Aullidos.

Aúllan letras
desean formar palabras

Aúllan palabras
desean formar versos

Aúllan versos
desean formar poemas

Aúllan poemas
desean formar sureños

Aúllo
deseo ser poeta.
    

Duna de silencio.

Habito
una duna de silencio
con improntas fugaces
que el viento muda
con un fino siseo
de serpiente al acecho

Soy
una imagen que pasa
de un verso a otro
por ráfagas de tiempo.
       

El terror como costumbre.

Algo horrible ocurre
cuando no sucede algo terrible
es como si nos hubiésemos muerto
y nos quedáramos perplejos
esperando.

91

Religión de la noche.

Ven
deslízate luz con cuerdas
tejido azul
suave
en esta noche
con religión de cuerpos
mientras se combustiona
nuestro tiempo
en acordes inefables.

        

Petición.

Sé
que me imaginas
desnuda
te pido
me imagines vestida
puede que así
logres
que me desnude.
        

Colaboración.

Conozco
una versión de ti
que no conoces
y tú
una de mí
que desconozco
y espero
que ambas
se lleguen a conocer
de modo
que cada cual
sepa más de sí
a través del otro.

     
 

91

Azul mutilado.

El azul
se agrisa
en el litoral del olvido
pasa una pluma
con huellas de la agonía 
y duele el azul
por los sacrificios
en las inútiles búsquedas
a través de un horizonte falso.

      

La otra fiesta.

Pobre
el dolor trivial
y el terror simple
que arropa nuestros miedos
cuando el dolor de enjambre
se clava en los ijares del mundo
haciendo que su faz
supere a las máscaras
en un eterno Halloween
con truco
y maltrato.

 

Al Sur del Sur.

Dicen
que ha llovido
un poco más al Sur
del Sur
justo más allá
de tus ojos

Donde no puedo verte
ni puedes verme
y donde la humedad
es una metáfora
de ausencias
sin retornos.
      

Huella.

Esta tarde
vi llover
y se hizo bolero
mi memoria.

Último deseo.

Cuando muera
quiero ser encielado.
      

Para una cena con las musas.

Me gusta
escoger las palabras
sobre un mantel blanco
como mi madre el arroz

Una
a una
granitos de magia
dejando al lado la paja


Me gusta
como a mi madre
sobre una página en blanco.

Esperado.

Me gustan
las ciudades
en las que
sin haber estado
tienen
plazas
y esquinas
donde se me espera
tal vez
como verso
o lluvia fina
en el Otoño
de una novela.

      

Acerca de los paraísos.

En los paraísos
con los que soñamos
siempre hay alguien
que sueña
con lo que supone
nuestro paraíso.
         

Aforema I.

El destino
es una generosa improvisación
desde ahora
hasta lo inevitable
regida
por los ritmos oscuros del lenguaje.

          

El aro.

Y el aro
atraviesa el felino de aire
su curvatura de artificio
como una solución
en el acto de la renuncia
sin luces
sin aplausos
como el ensayo
de un simulacro
para ausentes.

       

Hechos intangibles.

Lo intangible
es polvo de mariposa
en una tormenta de arena
restos
de una metamorfosis
que nos excluye
más allá
del escozor en los ojos.

        
 

Al despertar.

Soñé
que soñaba
que soñaría
abrazarte
a través de la espuma
de la ola
que anuncia la marea

Y al despertar
a mí alrededor
solo arena.
       

Será luz.

Un poema
será luz
solo
si es capaz
de generar sombras.

Acoso de niebla.

Hoy
las palabras
         labran mi sombra
que se expande
con sus demonios


Hoy
no ha sido
un día de soles
acaso
un acoso de niebla
descolgándose por las hojas.
        

Otro otoño.

Otro
otoño
otro
año
de hojas amarillas
que el aire zarandea
junto a gotas
de fría tristeza

Otro
otoño
otro año
otros poemas.
     

Almohadones de plumas.

De aquellos vuelos
con su ruido
de navajas
buscando
en la incertidumbre
del cielo
y el océano

De aquellos vuelos
quedan las plumas
en almohadones
para el insomnio.
       

El poema es un grillo.

Un poema
es un grillo
que frota sus alas

en las palabras
por un calor inédito
que le arrastra
al ritmo inefable
del lenguaje que danza.
          
 

Cosas extrañas.

Un solitario rayo de cielo azul
cae
y también
una lluvia de ojos de muñecas
y tu voz me susurra
desde un árbol que arde
en el centro de una plaza
que lleva tu nombre

Me suceden cosas extrañas
intentando olvidarte.
      
 

El funeral de los pájaros rojos.

Haremos un funeral
de pájaros rojos
más allá del ojo del colibrí
rayo verde
irreal

Regresaremos
por donde los vacíos
son ojos
de falsos pájaros
devorados
en una edad devorada.
     

El sentido de la vida.

No hay
un sentido
para la vida
ámala
y disfrútala 
como una ola
con su belleza
y peligros
danza con ella
y que la adrenalina
dé la nota
mientras sobrevivas.

           

Deseo y crueldad.

Deseaba verte
y cerré los ojos
es fácil encontrarte
dentro de mí
inasible
como todos los fantasmas.

        

Asombrados con mi sombra.

Mi sombra
ha asombrado
a los sombreros
que ha llevado el viento
al país de los decapitados

Mi sombra
con sombrero
buscándome.
     

Mi poema cómplice.

Hay un poema
colgado de una pestaña
del ojo
con el que hago un guiño





Colgado
con el sentimiento de culpa
que corresponde


Es mi poema suicida
mi poema cómplice
escrito
con las palabras tachadas
en mis versos frustrados
          

Bebedor de recuerdos.

Bebe vinos olvidados
bebe
mientras deambula
bajo un cielo negro
y le acosa 
una luciérnaga que canta
como una cigarra
en el árbol del insomnio

Bebe
y la ebriedad
le desdobla
canta
y llora
caminando descalzo
sobre las copas rotas.
        

A veces un beso.

Atrapar en tu boca
la lengua muda
para que tu paladar
y el mío
se saboreen
en el vértigo
de la búsqueda.

   

Arde el vuelo.

Arde
el vuelo de tu nombre
y cae
como un desasosiego.

    

Avecita de lumbre.

Me gustaría saber


lo que gorjea


en la íntima soledad


del poema


 


Saber


qué avecita de lumbre anida


en las ramas de mi amnesia.


 


      

 

            

Manos.

Manos
que aman
y matan
que destruyen
y crean
que acarician
o asfixian

Manos
que sanan…


Poderosas
y tiernas
manos humanas.
      

Barco de espuma.

El horizonte
pide
la silueta de un barco
a pesar de la niebla
o por ella
un barco de espuma
con un albatros humillado
en su cubierta.

       

Fragmento de un cuadro.

Líneas rabiosas convergen
en el cráter humeante
con caricaturas
de caballos desmembrados
hay zumbidos
y desgarros
y en un descuido
de los gritos
y las explosiones
el trazo poderoso de una firma
entre los escombros
y una paloma agonizante.

             

Beso de miel.

Floreceré
con la ternura de los naranjos
y
así
puede que algún día
llegue como un beso de miel
a tus labios agrietados.
                         

Elección.

Voy
a descabalgarme
de todos los galopes
que al atardecer
me trajo la lluvia

Quiero
entrar en la noche
listo
para galopar tu cuerpo
y no despertar.