lunes, 13 de julio de 2015

Bailar en el límite.

Ya no baila baba
en el límite
de los caracoles
una huella febril
de alegría dislocada
es apenas
una insinuación
de máscara
para aplazar el terror
que merodea al verano



Ya no baila
y debería hacerlo
con la profesionalidad
de la orquesta del Titanic.

 

2 comentarios:

Abel German dijo...

Quizá ése sea el más necesario de los bailes, el baile en el límite, el baile en el Titanic con la música de la orquesta del Titanic. Por eso éste es un poema alentador. Un gran poema.
Un abrazo.

guillermo iglesias dijo...

Siento que el poema recupera en su eficaz brevedad, la visión de Nietzsche sobre lo dionisíaco antes de fin. El verso de apertura es formidable. Un abrazo, amigo.

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