Un misterio sutil recorre el tiempo que dura la sonrisa de la Gioconda esa contracción enigmática que no se esfuma y sin embargo es la manifestación fugaz de un hecho interior sujeto a la masacre temporal y al despliegue que va de la seriedad a la seriedad más allá de las técnicas del genial Leonardo y su capacidad de atrapar el instante algo que nunca sabremos o solo podremos intuir cuando nuestro propio rostro en consonancia con torbellinos internos dé paso a una mueca sutil que pueda parecer una aberración que busca la complicidad de la noche o una sonrisa.
Blog de poesía y aproximaciones. Todo es posible en el territorio del asombro. Balbuceos de criatura encomillada por infinitos desde su soledad compartida.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Calavera.
Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...
-
Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...
1 comentario:
Un gran texto. Muy hermoso. Ese misterio, sí, está más allá de la técnica del genio, incluso, como bien sugieres, en nuestro propio rostro. Sólo hay que mirar. Y mirarnos.
Publicar un comentario