No
me avisaron y sin embargo, estuve. Sucede que hay gritos en las costuras de la
noche o el canto de ciertos pájaros en el ensueño, sopores de la razón. Espejos
de aire, susurros del tiempo entre insomnios, modos para hablar con los
oráculos sin saberlo. Lo supe y caté los derrumbes con amargor, salivando
miseria en la memoria, desgarros en la piel invisible de los deseos, olor a
humo tierno de amores chamuscados. Descifré todo eso, con estupor, como quien
lee las entrañas de un cervatillo muerto. Todo vino a mí con su vestido de culpa
enmascarada, con ese perfume zafio que irrumpe en mi memoria y desordena los
mapas. Entre los descuidos del humo entreví, esa mirada suya que se escabulle y
enrumba a un destino que me aparta. Me sentí advertido acerca de cierto escape,
en un gesto fatal que me excluye. Acudí, por si necesitaba ayuda, no me la
había pedido, no me la pediría, para ella yo era el verdugo. Cuando abrí la
puerta, ya no estaba. La habitación vacía, intentaba comunicarse con un silencio
harto, que provocaba vértigo. Salí, sin rumbo definido, pero algo me
arrastraba, siempre por una misma calle, que era todas las calles de una ciudad
imposible, aquella que soñamos los dos antes de las bifurcaciones. La ciudad
con su puente sobre el curso seco del rio mágico, nuestra ciudad. Y allí estaba,
en la baranda que reta los límites con llamados sanadores, balsámicos. Me acerqué
despacio para no asustarle, pero sin volverse, dijo: ¡Mira! y con un gesto
vago, señaló el vacío y no quise mirar, ya era demasiado tarde.
Blog de poesía y aproximaciones. Todo es posible en el territorio del asombro. Balbuceos de criatura encomillada por infinitos desde su soledad compartida.
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Calavera.
Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...
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Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...
4 comentarios:
A veces esas circunstancias imposibles que nos convierten en verdugos dejan la huella de su reanimación.
Un placer leerte.
Saludos
¡Precioso!
Impresionante relato.
Me ha encantado la forma de escribirlo y describir sentimientos que acorralan.
Un placer,de veras que sí.
Un abrazo.
Este texto tiene todo el misterio que hace que la poesía sea lo que es: una fuente de inagotable imaginación; un hallazgo constante; una música que nunca hemos oído y que nos hechiza.
Gracias por este gran poema.
Abel German
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