Imagen descargada de la Red y editada.
Permanece
se resiste
tira anclas
se adhiere
echa raíces
profundas
absorbentes
grita
calla
se somete
ella
aquella caricia
revelación en la soledad de dos
al margen de la muchedumbre que pasa.
Blog de poesía y aproximaciones. Todo es posible en el territorio del asombro. Balbuceos de criatura encomillada por infinitos desde su soledad compartida.
domingo, 23 de junio de 2013
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Calavera.
Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...
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Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...
5 comentarios:
Sí que existen esas caricias (esos recuerdos gratos) que se fijan para siempre, y que actúan en uno como si tuvieran vida propia. Con ellas (con ellos) nos protegemos. Al menos cuando, como en tu poema, se someten. Magnífico poema.
Un abrazo.
Abel German
Precioso, se desenvuelve solo.
Me recuerda un poema que escribí hace algún tiempo.
Felicitaciones.
me recuerda al poema "el macho y la hembra " de oliverio girondo...excelente!!!
un abrazo fraterno
lidia-la escriba
www.nuncajamashablamos.blogspot.com.ar
Así debe ser aquella caricia…que corra como lento riachuelo hasta que agrande su caudal de espumas…y al final, desprovisto de la intimidación del paisaje…que caiga en vértigo y cascada!!!
Me encantó tu poema Andrés…como todos.
Abrazos y que tengas un lindo miércoles…lleno de luz y de caricias.
“aquella caricia” se torna invulnerable, se eterniza ajena a cualquier vicisitud. Esa “soledad de dos al margen de la muchedumbre” es más una definitiva consumación que un anhelo. Excelente, Andrés. Un abrazo.
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