De solsticios
a equinoccios
de lunes
a domingos
apeaderos
estaciones
un raudo viajar
con música de rieles
un subir
y bajar de pasajeros
fugaces miradas
de inexplicable complicidad
extrañas confidencias
tal vez roces o…
El viaje sigue
bajan y suben otros
de lunes
a domingo
de equinoccios
a solsticios
hasta que nos toque.
5 comentarios:
Si, Andrés ese vértigo. Pero también la literatura… No, no la literatura, lo previo, lo que la genera, lo que nos lleva soñarla. Esa voluntad de detener la marcha, de eternizar una estación, de quedarnos para siempre en ese apeadero de inexplicable complicidad, extrañas confidencias, tal vez roces o…
Para que, cuando nos toque, haya valido la pena.
Excelente, amigo. Un abrazo.
La vida en sí, el camino que tenemos que andar... otras cara , otros paisajes, Andresti hacemos aquello que la vida nos da de sí... un paso tras otro.
¡Hermoso!
Besito volado
Andestdi, perdona Andrés me lié con tu nombre...
Hasta que nos toque...sí
Saludos cariñosos.
Aída
Magnífica la fluidez de este poema. La fluidez del tiempo... del viaje. Y luego estremece ese verso final cargado, pese a la evidencia, de misterio; ese verso que es como un corte brutal, una especie de hachazo que sin embargo se espera con calma, como que es inevitable.
Un abrazo.
Abel German
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