Traigo en el
bolsillo
la última luna
llena
de la próxima vez
en el cielo que
imagino
para ese muerto
que soy
mañana
y ayer
una luna repleta
de luz
aullada
soñada
entrevista entre
celajes
de falsas
latitudes
donde no vivo
ni viviré
pero sobre la que escribo
intentándola
olvidar
por pura envidia
a los que la
verán.
4 comentarios:
Hermoso poema, Andrés, con ese brillante juego de paradojas. Llevar en el bolsillo la luna llena que se intenta olvidar; envidiar a los que la verán, cuando nadie puede verla con mayor plenitud.
Excelente, amigo. Un abrazo.
El comentario anterior me parece acertado. Lo comparto.
Saludos cariñosos.
Sí, hermano, dices de un modo hermoso algo que no lo es tanto: el hecho de que las cosas (también las bellas) no son del todo aprehensibles y, al final, se nos van, y se quedarán por aquí, al menos un tiempo más, aún cuando ya no estemos para disfrutarlas. De ahí ese esfuerzo que es la literatura... el poema. Tu bello poema.
Un abrazo.
Abel German
La luna repleta de luz…de falsas latitudes donde seguramente nunca vivirás en carne y hueso pero la vives en inspiración y haces un bello juego contradictorio.
Abrazos plateados, amigo Andrés.
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