El color
una amenaza en ciernes
ameniza el amanecer
es una mancha
una extrañeza
una extensión del insomnio
al alarido de las calles
donde los viandantes arriman los hombros
en trascendentales barricadas
hechas humo
y polvo
en el galope
de caballos de paja
Todos lo sabemos
es el Día
Al menos yo
no estaré mañana
ni nunca
dicen que estuve ayer
pero eso es otra profecía
1 comentario:
Andrés, otro buen poema. De éste destacaría un valor que considero esencial en la poesía: la ambigüedad. Porque es ella la que permite al lector "inventarse" (en este caso) "su" amenaza. Y luego está esa "profecía" del pasado; ese no ser todavía habiendo sido o ese anuncio de que se ha sido desde un presente en el que no existe tal certeza. Es genial. Daría para todo un ensayo sobre el ser y el tiempo. Supongo que a Heidegger le habría encantado.
Un gran abrazo.
Abel German
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