miércoles, 12 de febrero de 2014

La amenaza.


El color

una amenaza en ciernes

ameniza el amanecer

es una mancha

una extrañeza

una extensión del insomnio

al alarido de las calles

donde los viandantes arriman los hombros

en trascendentales barricadas

hechas humo

y polvo

en el galope

de caballos de paja

 

Todos lo sabemos

es el Día

 

Al menos yo

no estaré mañana

ni nunca

dicen que estuve ayer

pero eso es otra profecía

1 comentario:

Anónimo dijo...

Andrés, otro buen poema. De éste destacaría un valor que considero esencial en la poesía: la ambigüedad. Porque es ella la que permite al lector "inventarse" (en este caso) "su" amenaza. Y luego está esa "profecía" del pasado; ese no ser todavía habiendo sido o ese anuncio de que se ha sido desde un presente en el que no existe tal certeza. Es genial. Daría para todo un ensayo sobre el ser y el tiempo. Supongo que a Heidegger le habría encantado.

Un gran abrazo.

Abel German

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