Cuando se invierten los colores del ocaso
y deslumbran
entre olores de hechizada certidumbre
recojo un libro
para leerlo con el descaro de los dedos
promiscuo como el canto de los pájaros
en la mirada de la virgen
y una presentida lluvia
al soñar con relámpagos
justo ahí
ocurre que te nombro
y espanto a los pájaros
se recupera el crepúsculo
llueve
sin mojarme
Y
me enrumbo
al casi infinito camino de la noche.
4 comentarios:
Momento mágico ése, Andrés. Momento de encontrar el rumbo en ese casi infinito camino de la noche, con solo un nombre. Es una suerte haberlo vivido y que tú nos lo recuerdes con un poema tan bello.
Un abrazo.
Abel German
Cae una presentida lluvia cuando te acechan los relámpagos y su nombre te cabalga...justo ahí... cuando la nombras. Hay fuerza en ese nombre... la lluvia llueve sin mojarte y tu emprendes el rumbo al casi infinito camino de la noche. Increíble el poder de la palabra!!! Un poema cargado de encantamiento.
Abrazos amigo Andrés...feliz domingo.
Hermoso poema, Andrés, con lo que para mí es una cumbre deslumbrante:
"ocurre que te nombro
y espanto a los pájaros"
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