domingo, 30 de marzo de 2014

Cíclope desparpadado.


      Un ojo sin párpado. Mal, está mal. Esto de los estados es complicado y en ocasiones doloroso. Lo grave sería no ver. Pero en general es un problema. Así quedó el cíclope de mi historia. Es mi capricho. Un cíclope desparpadado entre dunas viajeras, lamentándose con grandes alaridos que se enarenan sin ecos. Sus huellas, ciclópeas huellas, denuncian su visión plana, su errático llegar a ninguna parte, su angustia. Él vive en mí y no soporto la irritación visual y emotiva, quiero no ver, poder cerrar el ojo y dormir, soñar y despertar a pestañazo limpio ante el fulgor.
                                  

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es difícil no tener siquiera un descanso, permanecer en esa intensidad. Tiene que ser agotador hasta para un cíclope. Original y muy poética referencia al famoso término medio de Aristóteles.

Un fuerte abrazo.


Abel German

Pluma Roja dijo...

Se siente cansancio al leer. Y lo peor es que es desparpadado.

Profundo texto, difícil de solucionar.

Saludos cariñosos.

Marinel dijo...

Es triste querer no ver, sentirse desparpadado...
Es como un huir de todo queriendo ser nada...
Un beso.

Calavera.

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