Un ojo sin párpado. Mal, está mal. Esto de
los estados es complicado y en ocasiones doloroso. Lo grave sería no ver. Pero
en general es un problema. Así quedó el cíclope de mi historia. Es mi capricho.
Un cíclope desparpadado entre dunas viajeras, lamentándose con grandes alaridos
que se enarenan sin ecos. Sus huellas, ciclópeas huellas, denuncian su visión
plana, su errático llegar a ninguna parte, su angustia. Él vive en mí y no
soporto la irritación visual y emotiva, quiero no ver, poder cerrar el ojo y dormir,
soñar y despertar a pestañazo limpio ante el fulgor.
Blog de poesía y aproximaciones. Todo es posible en el territorio del asombro. Balbuceos de criatura encomillada por infinitos desde su soledad compartida.
domingo, 30 de marzo de 2014
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Calavera.
Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...
-
Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...
3 comentarios:
Es difícil no tener siquiera un descanso, permanecer en esa intensidad. Tiene que ser agotador hasta para un cíclope. Original y muy poética referencia al famoso término medio de Aristóteles.
Un fuerte abrazo.
Abel German
Se siente cansancio al leer. Y lo peor es que es desparpadado.
Profundo texto, difícil de solucionar.
Saludos cariñosos.
Es triste querer no ver, sentirse desparpadado...
Es como un huir de todo queriendo ser nada...
Un beso.
Publicar un comentario