Me vine al desierto
a buscar la inocencia del paisaje
Pero
mi memoria pobló las dunas
con sus más íntimas invenciones
edificó mi ego
espejismo entre espejismos
y lloré en un oasis desolado
el horizonte de mis carencias
Mientras
el viento susurraba a las palmeras
la contraseña del instante.
5 comentarios:
Sí, Andrés, es imposible dar con la auténtica inocencia de cualquier paisaje, la "verdad" o la esencia de algo. Todo nos llega contaminado por la memoria y la imaginación (que van juntas). Un gran aserto dicho con exactitud y belleza; dos atributos de buena poesía.
Un abrazo.
Abel German
Me encantó...
Sí, Andrés, uno lleva su paisaje a cualquier geografía. Bello y certero poema.
Un abrazo, amigo.
Guillermo Iglesias
Siempre es un placer leer a aquellos que tienen la habilidad, el coraje, y el amor, de dejarse llevar por las palabras.
Me gustó mucho.
Si me lo permites, desde hoy te sigo.
Saludos.
hola Andrés,
tu poesía se ve, es fotográfica, un aliento visual; y un agradable viaje de los sentidos, un reposo a la vez que una agitación.
gracias
pues sí, se me tragó el espacio-tiempo, mas sigo tu consejo!,
íun abrazo compañero!
Guillermo Borrás
Publicar un comentario