Veo
como mi cuerpo pasa
a través de espejos en llamas
con su
bolsa de años
pesada
y el esqueleto resentido
la mirada triste
la piel
fláccida
manchada
es como asistir al lugar del crimen
y no encontrar ni una huella
ningún desliz
de las horas gratas
solo el lugar
sangrado
revuelto
contaminado de olvidos
y perros que ladran.
4 comentarios:
llegado a ese punto la consistencia suele revelarse ingrávida, por eso ladran los perros ... pero está.
Los olvidos están tan presentes.
Me ha gustado leerte, cada verso provoca una replica...
Un saludo.
Muy precisos los versos,con exactitud de contenido,vuelven los espejos del tiempo ,donde los olvidos nos recuerdan por siempre, el fuego de la vida ...Seguimos en contacto...un abrazo hermano...
Un poema impresionante. Esos espejos en llamas efectivamente comienzan a arder en determinado momento, y todo es, como bien dices, una especie de retorno al lugar del crimen. Pero allí solo quedan ese desorden, esos olvidos y esos perros que ladran. Imposible decir algo tan terrible con más exactitud, mesura y belleza.
Un fuerte abrazo.
Abel German
Es una mirada implacable, los versos finales son desoladores. Y, sin embargo, siento que algo atraviesa indemne esos espejos. Creo que la poesía es un registro de huellas que renueva el lugar del crimen y lo enajena de la usura del tiempo.
Un abrazo, amigo Andrés.
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