lunes, 20 de septiembre de 2010

La línea sinuosa.

Desdigo la geometría que buscan mis ojos
si al abrirlos descubro el vértigo de los tuyos

El esmeralda se achica en los silencios
de modo que se encabritan al reconocerme
y me sumerjo
en el delicado charco de los rechazos
y el miedo a las versiones
que me crearán en tu mundo

Euclides no funciona
y la línea sinuosa
es el camino más corto.

7 comentarios:

Carla dijo...

Muy bueno...me encantó!!!
Te abrazo...

Pluma Roja dijo...

A mí me aterran las versiones equivocadas.

Precioso poema.

Saludos cordiales.

Adriana dijo...

oh si...

Fran Robles dijo...

No puedo comentar nada porque lo excelso de este poema habla por sí solo. Muy bueno

Abel German dijo...

De nuevo aciertas en el tratamiento de un tema tópico en la poesía; de nuevo lo conviertes en algo que parece dicho por primera vez. Y como siempre asombra esa capacidad que tienes de describir en pocos, poquísimos versos, un sentimiento o un "relato poético" de suma complejidad.

Duna dijo...

Una duna siempre regresa a la duna. Es cambiante, y en movimiento, pero siempre regresa.
Volver y dejar esa línea, es lo importante.
Mis besos de Duna.

Amelia Díaz dijo...

Euclides, geometría, Díaz, poeta...¿eres yo?

Me ha encantado el poema y cómo lo recitas, con ese fondo musical.

Gracias por esa huella que apenas ha rozado mis versos pero que ha dejado el suficiente rastro como para poder hallarte.

Un beso, desde mi Mar Eterno.

Calavera.

Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...