jueves, 30 de mayo de 2013

Llegará el día.

                                                                  Imagen descargada de la Red, sometida a edición.


Llegará el día

en que lloverá viento

sobre la polvareda

para que el tiempo abunde

en acontecimientos que atolondren

las contorsiones del alba

esa danza

donde vivir

es una coreografía de águilas

en el desliz del horizonte


Será nuestro día

sin nosotros

sin nadie para objetar

el mágico desorden

del universo sin aspiraciones


Todo volverá a comenzar.

sábado, 25 de mayo de 2013

Aquí se habla de arácnidos.

                                                                  Imagen descargada de la Red y editada.



 

    La idea que tengo acerca de otros mundos, tiene que ver con la que tengo de este. Mundo que desconozco casi lo mismo que la más remota galaxia, nacida justo después del cataclismo, que es algo como decir  cualquier día, allí por Oklahoma o Iraq, tal vez dos puertas más allá en este edificio. El  desconocido siempre va al lado de otro que también le desconoce, absorto en pantallitas táctiles conectadas al resto del mundo,  en soledad con pensamientos ajenos y ríen como los locos, ausentes, pero no con una  risa compartida sino abstracta. Cuando alguien llega ante mis ojos, he dicho alguien, se sobreentiende entonces que no es mi gato, resbala un “¡Hola!” de un automatismo excluyente, él sigue escalera arriba y yo escalera abajo y vamos al mismo lugar  lo equivalente al  inmovilismo de la rutina y de repente caemos en la Red de  una Mega araña intangible que te abduce con sus inagotables cantos y máscaras, multitud que te arropa con sus palabras e imágenes, sus falsos puentes y te invita a que te desnudes, te permite dejarte el antifaz y soy segura, dice y te confiesas a la diosa de los mil ojos y mil patas que te ausculta y se calla el diagnóstico y lo archiva para esotéricos fines y presumes de cientos de amigos, me conoce todo el mundo dices, me siguen y sigo y te acuestas, se acuestan, consigo, seducidos por  su universo de vacuidad y te duermes, tóxico, envuelto en la invisible sábana de las ondas. A tu lado, su lado, alguien respira y sueña, con un mundo donde aún la gente se toca y habla, danza piel a piel, corren de la mano entre los árboles donde inocuas arañitas tejen sus trampas para poder cenar.


lunes, 20 de mayo de 2013

La vela.

                                                                      Imagen descargada de la Red.


 

    Hoy  he visto la vela. No me sorprendió, lo sospechaba desde siempre, pero nunca la había visto ahí, detrás de mi frente,  chisporroteante, con una llamita pálida en mengua. La cera formando  vistosas figuras, como de ángeles derribados en una batalla celeste que me incumbe, figuras que algunos presumen interpretar y así evitar sorpresas, pero eso no me importa, he visto lo que tenía que ver, la llama está a punto de extinguirse entre los ángeles. Ahora no sé qué hacer, pues debería, supongo, hacer algo que nunca he hecho. Pero no, sigo mi rutina, con solo un ligero sesgo de perplejidad.


viernes, 17 de mayo de 2013

La habitación sin paredes.

                                                                                               Imagen descargada de la Red.




 
    Habito una habitación pequeña   y me desplazo por ella levitando a través de neuronas vociferantes que se las arreglan en su barullo  para darme la sensación de infinito y ni que decir de eternidad  todo es posible para este ser incorpóreo que soy habitando este cuerpo animal y es divertido el juego  pleno de hallazgos aleatorios  mágicos para construirme y construir lo que se supone está afuera y solo se manifiesta en caprichosas ondas que manipulo a mi antojo o no tanto  pero si no me quejo  he hecho un mundo que me place y transcurre porque no tiene otro modo y me sorprende me gusta que me sorprenda y hablamos  hablo y una que otra vez escribo  a través del cuerpo y en realidad   habito una habitación muy grande  que he construido para no chocar con las paredes.

 

viernes, 10 de mayo de 2013

Insomnio creativo.

                                                                          Recorte y edición de foto del Sol en la Red.



    Anoche me acosté y al dormirme, empecé a soñar que estaba despierto. La habitación era la misma, con su decorado de siempre y esa luz que no se sabe de dónde viene, pero pone todo en su lugar, yo y la cama, ella no estaba, por eso supe que dormía  aunque presumiblemente oía sus ronquidos, pero podrían ser los míos, ella dice que ronco, en fin, estaba desvelado o develado, insomne, en mi cabeza revoloteaban ideas con un revoloteo de ángeles decapitados y los ectoplasmas iban de un lugar a otro como criados malcriados, eso debe ser por culpa de Heisemberg y su esotérica indeterminación cuántica que en su inalcanzable belleza matemática  permite a los profanos explicar “científicamente” cualquier disparate y que si universos  múltiples, paralelos o discordantes, hacen de mi cuarto un cruce de caminos entre diferentes dimensiones y hasta yo paso delante de mí, con desparpajo, con unos cuantos años menos y un poco más de pelo y otros muertos, conocidos o desconocidos, vestidos o en pelotas, raros. Es estar y no, vigilia y ensoñación, algo realmente divertido si al día siguiente no tuviera que trabajar, pero tengo y estoy cansado y un texto me da vueltas en la cabeza, zumbón, frágil mariposa alrededor de la lámpara de mis ideas, primero es un verso “palomas eléctricas en la torre del deseo, corrosivas, susurrantes palomas” y luego un largo cuento del que solo asomaba su naricita el comienzo: “Una vez en Erase…” y luego una larguísima novela de varios tomos, sin comienzo ni final, como la eternidad y la fama, novela original, impactante, mi Harry Potter personal, como para no tener que trabajar nunca más y dedicarme a la infinitamente gratificante labor de crear, aunque sea en interminables e inútiles insomnios y las ideas van y vienen, se arriesgan en una avalancha y si yo fuera un genio  tendría en la mesita de noche un cuaderno y un “boli” para no dejar escapar nada o mejor un noteboock, pero no, hasta ahí no llego, mañana, me digo y claro, mañana se me olvida como los sueños, porque es un sueño y el texto sigue con su majadero descontrol y es como el monito de Blas Cubas, de una rama a otra, repetitivo, chillón y me veo escribiendo cosas a veces de un costado a veces del otro, la noche es calurosa, como la selva propicia para el monito y se me ocurre una imagen que de alguna parte vendrá y me veo en una veloz diligencia en el lejano oeste, envuelto en una nube de polvo rojizo y un agobio de distancias con amenazantes ojos emplumados y de ahí paso a un comienzo, no sé tampoco por qué, pero escribo sin escribir:”Rex nació en Ohio” pero es arriesgado, no nacer en Ohio, sino escribir sobre él sin conocerlo, podría informarme, es verdad, pero ya no es lo mismo, perdería espontaneidad y encanto, escribí Ohio  porque me gusta cómo suena o peor, tal vez lo he leído en otra parte o en una película ¡qué sé yo!, pero no he tardado mucho en llegar al mar o de estar en él, en alta mar, toda una montaña amenazante de agua y una ballena blanca buscando su Ahab ¿Pero es que no se me ocurre nada que no se le haya ocurrido a otro?, aunque, tal vez mi ballena es ese poema o ese cuento o novela que arroja sus chorros de imágenes en los horizontes de mi insomnio. A estas alturas todos me han abandonado y se dicen: ¿No debió mejor seguir escribiendo textos cortos? ¡Pero se han quedado dormidos, qué suerte! Espero releer esto y dormirme de modo real y poder despertar como dicen que Aquel manda y disfrutar de los ronquidos de ella y de ella más allá de los ronquidos y amanecer, asistir a mi trabajo, cansarme hasta más no poder, no pensar y cuando llegue la noche, acostarme y despertar.


domingo, 5 de mayo de 2013

En un lugar para ver.

                                                                  Foto descargada de la Red (editada).



(En el escenario, la luz cae sobre los dos actores, un cono de luz para cada uno, lo demás, penumbra)

Act.1: ¿Quiénes son esos? ( y abarca con un gesto el área de butacas)

Act.2: ¿Quiénes?

Act.1: ¡Ellos! (Repite el gesto anterior)

Act. 2: ¡Pero qué dices...ahí no hay nadie! (Y hace el mismo gesto que el otro)

Act. 1: No, no estoy loco, los veo, los escucho, cuchichean, tosen y hasta ríen.

Act.2: Debes calmarte (Arrastra una silla aparecida de no se sabe dónde)… ¡siéntate, cálmate! Estamos solos ¿sabes? ahí afuera, nada, ¡nada de nada! ¡Convéncete! … ¡Ya quisiera yo!...podríamos aspirar a un aplauso, un abucheo o cualquier cosa… ¡pero no hay nadie!

Act.1: ¡Nadie! (Dice con énfasis)…tú, yo y ¡nadie! Entonces… ¿cuál es el sentido?

Act.2: (Con un gesto ambiguo) ¡Pues ninguno…parece que ninguno!

Act.1: ¿Oíste?

Act.2: ¿Qué?

Act.1: La tos.

Act.2: No, no oí nada.

Act.1: ¿Tampoco oyes ese murmullo?  Ahí hay personas, más de una…

Act.2: Me preocupas…debes descansar, si piensas con atino, poco importa lo que hay fuera de nuestra escena, somos lo que somos y no podemos salirnos del libreto, así que olvida tus preocupaciones epistemológicas

Act.1: ¿Epistoqué…?

Act.2: La preocupación por saber…la respuesta es el guión.

(Se apagan las luces. Nadie en el escenario. Nadie en las butacas. Se presume un aplauso en el oscuro aire de la medianoche)


Calavera.

Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...