El zumbido del
azúcar
vagabundea
por el sendero de
los perfumes
Está hecho de
retazos
palpitaciones
aleteo que revela
el enigma
de la ausencia de
pájaros
Tu mirada
posada en el hilo
del verano
alardea agudeza
e intuición
también ternura
al rozar el ocaso
La quietud se
alarma con grillos
por la tibia
provocación
del terral en las
hojas
Se amansa el
olvido
y lloras.