Volvían desnudos al alba
untados de convenida perversión
Reían como gatos posesos en las azoteas
Arañaban dimensiones que han descuidado los dioses
retazos de inmortalidad en las arrugas del tiempo
Saboreaban el espacio a golpe de roces procaces
adjetivaban los suburbios como poetas noveles en éxtasis
y se ponían húmedos y vulnerables
Entonces se vestían para volverse ordinarios
luego de blasfemar contra el despertador.
10 comentarios:
Muy bueno, me gustó bastante.
Saludos cordiales.
Linda descrição de momentos ímpares.
Um grande bj querido poeta.
Maldito despertador... experto en destruir escenas.
Un abrazo.
desnudar a alma, e mergulhar nas paixões, na própria paixão e deixa acontecer.
belo poema amigo.
abraços fartos
TREMENDA COMPOSICIÓN!!!!
UN ABRAZO
Que atrapante..esa vida complice fuera del tiempo y los alcances del reloj, tal vez, la verdadera vida.
saludos.
me recordo una obra de teatro,la gata sobre el tejado de zinc caliente,vieja y dificultosa de representar de Williams,precioso poema!un saludo
desde el fin del mundo,
lidia-la escriba
De la pasión, del amor, hay que "volver" (como de todo) cuando toca a arrebato la cotidianeidad...
Hermosas palabras, hermosa imagen... odioso despertador...
Un beso, Andrés.
Hay que untarse de convenida perversión todas las mañanas o todas las noches, según se disponga y absorber el amor que se escurre entre cualquier grieta.
Un beso, amigo Andrés y gracias por seguir mi blog.
La noche puede ser un deleite... Gracias por ilustrárnoslo, Andrés! Un gusto pasar por aquí, como siempre!
Publicar un comentario