domingo, 13 de julio de 2014

Confesiones de la herramienta.


No

no hace tanto

descubrí soy una herramienta del cuerpo

no es que me haya caído mal

ni bien

es que le había cogido cariño al alma

 

En el espejo

veo al cabrón para el que trabajo

un pobre diablo sin pelos

avejentado

que deseó haber sido un macho alfa

en la Eternidad de un día de celo

pero resultó ser uno más

tirando a menos

dentro de la manada

 

Me han hecho creer

que yo soy ese

son cosas del cerebro

y sus manipulaciones en la trastienda

ese lugarcito en las sombras

del que también

saco uno que otro verso

y algunas intuiciones

 

Bueno

mi afecto le tengo

por eso

puede que un día le mate.

 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

El poema es estremecedor por la sinceridad que parece animarle. Esa visión crítica transparenta un coraje que distingue a la gran poesía. Un fuerte abrazo,

Abel German

Unknown dijo...

Me encanta el manejo de lo surreal con un dilema existencial. Qué gran talento del poeta por mostrar tanto con tan poco.
Un abrazo.

guillermo borrás dijo...

puesta de cartas sobre la mesa

bravo por la lucidez y la honradez existencialista que destilan estos versos.

y el final,sincericidio puro y duro.

gracias Andrés;

Calavera.

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