jueves, 1 de julio de 2010

Supo.

Garganta desolada por la irreverencia de un grito
piel que sucumbe a la idea
de reconocerse frontera
útero de conflictos
miradas máscaras con vocación de puertas

Lo sufre todo de golpe
un mazazo íntimo
justo cuando la noche
le desriscaba por sus instintos
animal acorralado en un instante de silencio
en la senil recurrencia de los olvidos

Supo por qué no recordaba su nombre
supo por qué el ahora
aumentaba su peso específico
y se hundía
poco a poco
en la espesa constancia del alba.

5 comentarios:

César Sempere dijo...

El drama de descubrir la realidad, lo que se es y no lo que se pensaba. El final del sueño y la vuelta a la realidad consciente del alba.

Poesía de altísimo nivel narrada con exquisitez.

Un abrazo,

Merche dijo...

Dramático. revelador. Hermoso.

Feliz día
Un beso.

Recomenzar dijo...

Buscando blogs diferentes te encontré a vos te dejo mis saludos y una flor
Somos dos los que usamos la voz y blogger

Abel German dijo...

Sí, hay esos momentos de (por así decirlo) lucidez, incluso sobre el olvido. Es interesante cómo lo resuelves. Logras mantener un equilibrio que hace resulte optimista a la vez que objetivo. Esa "espesa constancia del alba" en la que se hunde el "protagonista" bastaría para justificar todo el poema.

Unknown dijo...

con un gran placer leí estos versos...

una excelente transportación de distancias

Calavera.

Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...