jueves, 22 de julio de 2010

Te llamo con otro nombre.

Una luna negra declina

al otro lado del telón de fondo

con aullidos declina

con amagos

húmeda de tristeza turbia



Sus rayos de sombra

sucumben

a la mirada de los gatos

que embrujan la memoria

tu tránsito dactilar se desdibuja

se borran itinerarios en mi piel

ya tu aliento no quema



Declina tarda

en el eco de los horizontes

donde los pasos de tu voz

hacen un camino que calla



Me quedo sordo

y a gritos

te llamo con otro nombre



A veces

alguien responde.

8 comentarios:

Tatiana Aguilera dijo...

Ese grito es nostalgia pura y cristalina, un grito de amor.
Un abrazo.

María Jesús Siva dijo...

Lo que más duele es gritar cuando ya te has quedado sordo, sordo que quien amaste. Esa sordera es un aullido por mucho tiempo.
Bellísimo poema.
Un saludo

Unknown dijo...

Gritar... lo justito.. mas bien yo soy de ponerme manos a la obra,la que sea, si es restaurar la normalidad, secar las heridas y tirar pa lante..

pues ahí.. .

los gritos terminan desgastando..

BEsos

Alicia Abatilli dijo...

Ese grito cada tanto es respondido por el eco de una voz amada.
Alicia

Lydia Raquel Pistagnesi dijo...

¡Que ramate!.
A veces alguién responde

Felicitaciones
Desde argentina
Lydia Raquel Pistagnesi

Anónimo dijo...

y si a veces, no encontramos,nos comentamos y ya pasó,es pasado..no hay blog de amigos,yo no lo conozco!
un abrazo gracias x seguirme,muy amable!
un abrazo
lidia-la escriba que no tendrá computadora,hasta el miercoles

Gustavo D´Orazio dijo...

Es verdad, un excelente remate. Buen poema. Abrazo desde Buenos Aires.

Carlos Ortega dijo...

Entré en tu blog para conocerte. Ahora soy un "complice lector" más.

¿Es bonito Puerto del Rosario? Casualmente voy a Fuerteventura en un par de semanas.

Una sonrisa.

Calavera.

Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...