jueves, 2 de diciembre de 2010

Yo nadaba turbio.

Yo nadaba turbio
en la turbidez del silencio
el espeso silencio de las ausencias
el ríspido silencio de las derrotas cotidianas
el que sigue a los gritos
los gritos contenidos
en la dolorosa censura de la garganta

Yo nadaba turbio
como un pez fantasma
en una alberca sin agua
con anzuelos en el aire

Yo simplemente nadaba
para olvidar.

6 comentarios:

Pluma Roja dijo...

"los gritos contenidos
en la dolorosa censura de la garganta"

Cómo duele esa censura, creo que es la más dolorosa censura que existe.

Un poema lleno de figuras filosóficas.

un fuerte abrazo.

Breve Leonardo dijo...

[nas águas do mundo se recolhem, vividas, todas as nossas vontades, dos braços

onde se recolhem cansaços, desfeitos nessa navegação, nessa palavra]

um imenso abrço,

Leonardo B.

El Gaucho Santillán dijo...

Nadabas tratando de olvidar.

Que idea tan clara. Badabas en silencio, sin gritos. Muy bien escrito.

Un abrazo.

Gisa dijo...

Gritos contidos na dolorosa censura da garganta...
A força do teu poema ultrapassa a tela.
Un beso

Abel German dijo...

Lo que más me llama la atención de este poema es la fuerza de las imágenes que, una a una, no solo no decaen, sino que al final forman una idea poética coherente e inolvidable. ¿Acaso se puede pedir más?

María dijo...

Escribes imágenes que penetran en la retina mientras sorteas anzuelos en una alberca sin agua.
Hermoso.
Un abrazo Andrés.

Calavera.

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