lunes, 16 de enero de 2012

El baile infinito.

                                                                                                     Imagen de la Red.

Valsamos azules
en el asombro de la noche
con la complicidad de la ciudad
también azul
sin horizontes
pista útil para danzar
repetir los pasos
trazar los dibujos
de un baile infinito
que tiene la mala costumbre
de terminar.

9 comentarios:

Marinel dijo...

Si tiene esa mala costumbre,definitivamente no es infinito.
Pero mientras parece serlo vestido de azul,el panorama es maravilloso.
Un beso.

El Gaucho Santillán dijo...

Una mala costumbre, realmente.

Y no nos gusta pensar en eso.

Un abrazo.

Abel German dijo...

El baile infinito es toda una lección de inteligencia y dominio del poema. Su ritmo,su coherencia y la idea que trasmite de la vida (del amor) -esa especie de vals que mientras se baila hace olvidar que terminará-, hacen que sea "casi" perfecto.

Amanecer Nocturno dijo...

Qué paradoja más bien trazada. El infinito (in)terminable.
Un saludo.

LUNAMORENA dijo...

Probablemente sea lo vertiginoso de la danza infinita lo que nos incita a darla por terminada de vez en cuando.. ¿No es la vida misma la que se define por sus propios límites?Saludos y gracias por tanta poesía volcada a este mundo..

Cleide A. B. Yamamoto dijo...

Suaves passos num infinito azul, versos bailam esvoaçam no ar... Belíssimo, Andres! beijo

María Gladys Estévez dijo...

Baile azul.. buenísimo poema de reflexión!
Abrazos!

Mothman dijo...

Intenso goce de lo efímero, como la vida misma.
Un abrazo

P MPilaR dijo...

No estamos preparados, no, para dar por terminados los bailes infinitos, Andrés. Y así nos va. ¿Qué hacer?
Poemita corto e intenso, que sí, que sí. Me gusta
Un abrazo

Calavera.

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