jueves, 29 de marzo de 2012

El fumador de tristezas.

                                                                     Imagen descargada de Google.

Fumaba
en los lindes
de los atardeceres
con profundas bocanadas
mientras pájaros perdidos
buscaban las ramas del sueño

El humo
seducía su garganta
y la mirada
acariciaba siluetas
y palpaba ausencias
en las quimeras del vuelo

Fumaba tristezas
y rumiaba versos
para un día en riesgo.

5 comentarios:

María Gladys Estévez dijo...

Un profundo pensamiento,,
Me encantan tus poemas

El Gaucho Santillán dijo...

Asì es.



A veces, se fuman penas vagas.


Un abrazo.

Anónimo dijo...

Sí Andrés, es así como mejor nos podemos enfrentar al riesgo de los días: absorbiendo (o, como tú dices, fumando) las tristezas y convirtiéndolas en poesía. Hermoso poema.

Abel German

Blanca Ferrer dijo...

Fumamos penas que luego queremos exhalar hacia fuera. Continuamente. Muy cierto. Un abrazo de otra muchacha de Canarias :)

Anónimo dijo...

Boa noite!Obrigada pela visita.
Bjs.

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