martes, 21 de enero de 2014

El andamio del dolor.


 

Allí

en el andamio del dolor

saborea vértigos

y vomita

demasiado amargor

demasiado

 

Luego cae

cae

y nadie grita

todos caen.

6 comentarios:

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Todos, alguna vez hemos caído, desde lo alto de ese andamio.

Abrazos.

Pluma Roja dijo...

Y seguirán cayendo acompañados del silencio. No queda ánimo de gritar.

Saludos Andrés.

Lyliam dijo...

Suena a desesperanza total, demasiada tristeza poeta. Un abrazo desde Uruguay con cariño.

Anónimo dijo...

Sí, Andrés, es un texto triste, pero que leo como una advertencia. Acaso convenga recordar que esa caída existe. Quizá permita valorar mejor lo que la antecede.

Un fuerte abrazo.

Abel German

Guillermo Iglesias dijo...

Implacable visión. No tiene siquiera el alivio de un signo de interrogación. Como debe ser.

Excelente, amigo. Un fuerte abrazo.

Ceciely dijo...

Hay momentos en que no solo las enfermedades físicas nos hacen saborear esos vértigos…Con las del alma, siempre vomitas para adentro y nadie grita…ni siquiera el actor.
Amigo, dejo mi despedida en mi último post. Ha sido un privilegio el haberte conocido, te voy a extrañar.
Abrazos calurosos.

Calavera.

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