martes, 21 de junio de 2016

Llamando al cocuyo.

Vuela el mismo cocuyo
siempre
a través de la noche
la única
e interminable noche

Y un niño le llama
para convertirlo en lámpara

El niño
el único niño
de la noche.
     

1 comentario:

Abel German dijo...

Hermoso e inquietante, hermano. Hermoso el cocuyo (el mismo) e inquietante esa única e interminable noche y ese único niño que le llama. Gran pequeño poema.

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