martes, 27 de abril de 2010

Teoría del ser.

Hay un límite muy breve entre el buen tiempo y la lluvia, entre la última certidumbre y la próxima mentira. Es natural no saber lo que no se sabe, así todo es más fácil. Las puertas son ausencias donde se aniquilan los muros y pasar a través de ellas es dividirse, saltar sobre uno mismo para reconocerse en la imagen subversiva de los otros. Cada cual me percibe a su manera y yo lo atrapo, pero no puedo prohibirle me ubique en sus silencios según sus intereses. Acaso para algunos, soy ese que he querido ser y no el que yo pienso que soy, ellos y yo estamos equivocados. Ser es demasiado difícil y nos consuelan los disfraces, con la extraña ilusión de que podemos evadirnos. Los muros son puertas que se han cerrado o lo creemos. Sólo existimos fragmentados, por eso soñamos con Dios, con Dios que está jugando y un día, entre otras cosas, nos compone más allá de los límites.

1 comentario:

Abel German dijo...

Con este texto logras algo muy difícil: combinar con total eficacia la reflexión filosófica con la estética del poema. La muchas veces intrincada y desabrida filosofía con la siempre bella y sugerente poesía. No es la primera vez que lo haces, al contrario: ésa es la esencia de (ya que del "ser" se trata) tu ser poético. Al menos de esa parte consciente de tu ser. Así que no hay dudas: sabes cómo hacerlo.

Calavera.

Casa que atesora la oquedad dejada por el único que la habitó y tuvo en ella la irrepetible cita con el unive...