Imagen de la Red.
Los muertos
atraviesan la luz
y al otro lado
arriban
como lavados muñecos
para solaz de Dios
que los manosea
y besa
con divino encanto
y les hace contar sus vidas
una y otra vez
hasta que dice con mal humor
¡Eso ya lo escuché!
Y les arroja
uno a uno
al cesto de la nada
con un irónico
¡Adiós!
2 comentarios:
De acuerdo: la vida al final es una repetición. Salvo las anécdotas, toda vida es eso: una vida. Y lo dices como siempre del modo más hermoso, que es el de la poesía.
Un abrazo
Abel German
que buen poema, es el reflejo de lo que nos enseñan y con lo que nos atemorizan desde nenes
irse y ser pulso energético en el cosmos ha de ser la experiencia más loca, es pasar de estas dimensiones truchas a las verdaderas
besitos y feliz fin de semana!!!
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