viernes, 14 de septiembre de 2012

El cadáver de una estrella.




Aún me queda
suficiente memoria
como para saber que he olvidado

Sé que en la nueva duna
está
disperso
el molde de mi huella

Aún queda
el espectro de una impronta
para fundamentar
la certeza del poema

La luz
invisible
lleva
el cadáver de una estrella.

3 comentarios:

lichazul dijo...

la huella deja indeleble marca
que se arrebuja en los pliegues de la memoria para cuando otros labios nos nombran

hermoso poema Andrés
y es que somos polvo estelar

pasa un precioso fin de semana

Marinel dijo...

Siempre hay una luz,por tenue que sea,por cadavérica que aparezca,en la que nuestra huella emerge débilmente.
Una debilidad que apresar con la fuerza que nos da sabernos ciertos y no ficticios,y amoldarla así a nosotros.
Tú,la conviertes en poema magistral.
Besos.

Anónimo dijo...

Un poema con imágenes muy delicadas, sugerentes y profundas. Un hermoso e inquietante texto.

Abrazos.

Abel German

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