jueves, 1 de marzo de 2012

No volveré a Ítaca.

                                                                                    Imagen descargada de Google.

No volveré a Ítaca
nunca
me he enamorado del mar
y sus sirenas cantoras
que tejen
y destejen
su canto
para el que sabe escuchar.

9 comentarios:

Teresa dijo...

La sirenas son unas manipuladoras, menos mal que hay hombres que saben donde sujetarse para no dejarse liar. jejeje

Muy bellas palabras.

Besos.

Marinel dijo...

Antaño,las sirenas eran seres monstruosos,casi diabólicos cuyo canto encandilaba a los marineros que acababan devorados por ellas.
Más tarde se suavizaron-ignoro por qué o por quién-haciéndolas mágicas y encantadoras,llenas de bellas virtudes.
Las prefiero así, enigmáticas y hermosas,como el mismo mar.
Ítaca no puede contra esa idea feliz.
Besos.

El Gaucho Santillán dijo...

Es que el tema no es llegar, sino como se viaja.

Buen poema.

Un abrazo.

Michelle dijo...

e han atrapado he, cortito y gustozo

Anónimo dijo...

Una magnífica y hermosa reflexión sobre las llamadas "raíces" y la "aventura" de vivir. Felicitaciones por ello, Andrés.

Abel German

josep dijo...

Como es posible que un ser pueda ser monstruoso si con su canto es capaz de enamorar. Hay muchas sirenas tierra a dentro capaces de conquistarte y robar tu corazón sin necesidad de cantar y no por eso son monstruosas sino todo lo contrario son pura ternura y como nos gusta dejarnos llevar y ser conquistados por ellas.
Un saludo.

Loli Salvador dijo...

Somos muy mediterráneos y si ayer era fácil quedar hipnotizado por ellas, hoy utilizan los mismos encantamientos, cuentan que sólo dicen te quiero si ven la cartera llena, devorando a los poco cautelosos y ahí es donde empieza la tragedia griega.
Saludos

Giuliana dijo...

......y definitvamente no lo hare mi "hogar" esta alli :) ...( con Poseidon!)

Saludos

Artes e escritas dijo...

Belíssimo, há momentos de não se voltar atrás! Um abraço, Yayá.

Calavera.

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