sábado, 22 de junio de 2013

Se invierten los colores.

                                                                  Foto descargada de la Red.






Cuando se invierten los colores del ocaso

y deslumbran

entre olores de hechizada certidumbre

 recojo un libro

para leerlo con el descaro de los dedos

promiscuo  como el  canto de los  pájaros

en la mirada de la virgen

y una presentida lluvia

al soñar con relámpagos

justo ahí

ocurre que te nombro

y espanto a los pájaros

se recupera el crepúsculo

 llueve

sin mojarme

 

Y

me enrumbo

al casi infinito camino de la noche.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Momento mágico ése, Andrés. Momento de encontrar el rumbo en ese casi infinito camino de la noche, con solo un nombre. Es una suerte haberlo vivido y que tú nos lo recuerdes con un poema tan bello.

Un abrazo.

Abel German

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ceciely dijo...

Cae una presentida lluvia cuando te acechan los relámpagos y su nombre te cabalga...justo ahí... cuando la nombras. Hay fuerza en ese nombre... la lluvia llueve sin mojarte y tu emprendes el rumbo al casi infinito camino de la noche. Increíble el poder de la palabra!!! Un poema cargado de encantamiento.
Abrazos amigo Andrés...feliz domingo.

Guillermo Iglesias dijo...

Hermoso poema, Andrés, con lo que para mí es una cumbre deslumbrante:

"ocurre que te nombro

y espanto a los pájaros"

Calavera.

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