domingo, 29 de marzo de 2015

Más allá de los embelecos.

Nuestra capacidad innata
es la de percibir espejismos
por eso
nos cuesta aceptar
que estamos en el desierto
solo la sed
a veces
nos lo advierte.

 

2 comentarios:

AtHeNeA dijo...

Es cierto... Divagamos y viajamos entre improbables y quizás... Ventanas a otras sensaciones que no siempre abrimos para asomarnos.
Sensaciones que por ahí van quedando mientras nos sumergimos en otra.

Un abrazo ✴

Abel German dijo...

Sí, quizá soñamos demasiado, hermanito. O es como único podemos atravesar el desierto sin que nos mate a la primera.
De todos modos es como dices (y muy bien), tarde o temprano llega la sed, y comprendemos.

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